miércoles, diciembre 31, 2008

Cuentos de Diván (5° entrega)

Psicólogo: - Adrián! Cómo le va?
Adrián: - Muy bien. Ud?
P: - Bien. Sabe que día es hoy?
A: - No.
P: - 31 de Diciembre. Hoy cumplimos un año de terapia.
A: - Ah! Mirá vos… es bueno eso?
P: - Sí Adrián claro que es bueno! Avanzamos bastante, no? Te acordas porqué viniste por primera vez? Un corazón roto que quería que pase el tiempo rápidamente para olvidar y sanar. Te costaba tener confianza en vos mismo. Lograste superar eso y mucho más. Conseguiste un buen trabajo y te esta yendo bárbaro. Tuviste que reconstruir el lazo de amistad con los que te rodeaban porque te habías refugiado, o no? y ahora? Mírate ahora. Me contaste que te juntas los miércoles a cenar con tus amigos a jugar poker, te ascendieron hace poco del laburo y me contaste la ultima vez que estas con una chica. Eso es un avance Adrián! O no?
A: - Si… es verdad.
P: - Mirá Adrián. Te voy a contar algo que me dijiste a mi la primera vez que me llamo mucha la atención y me hizo pensar mucho. Me dijiste: “Que año de mierda. Menos mal que mañana se termina. Borrón y cuenta nueva. Año nuevo vida nueva” – te acordas?
A: - ja! Claro que me acuerdo…
P: - Vos aprendiste Adrián que no hace falta que sea año nuevo para cambiar las cosas. Lo que le pasa a uno lo puede cambiar cuando uno se lo propone. Cuando uno tiene ganas. Todos los días pueden llegar a ser año nuevo. Porque dependemos de nosotros mismos y de nadie mas. “El lunes empiezo” No! Error! Hoy si quiero empiezo! Hoy si quiero la enamoro, hoy si quiero dejo de fumar, hoy si quiero empiezo la dieta! Asi que Adrián, hagamos una cosa: nos vemos el año que viene. Descansa para esta noche, brinda por tu gran año y que el próximo sea mejor. Porque que sea mejor siempre dependerá de nosotros. Te parece?
A: - Me echaron del trabajo doctor y a mi novia la encontré con dos de mis amigos…
P: - Pero la putisima madre que lo re mil pario!!
A: - Menos mal que mañana se termina este año del orto, no?

FELIZ 2009

viernes, octubre 03, 2008

Te preguntaron alguna vez...

... Cuántas mujeres entran en un fernet?

A mi sí.

miércoles, septiembre 03, 2008

Historias de bolsillo (1º página)

Saber ganar una batalla…

-Te amo – dijo él.
- Yo… no se – contestó ella.
- Te amo de verdad – dijo él.
- Lo se – dijo ella.
- Sos una de las personas más importantes en mi vida. Te amo y si vos no me amas yo me muero – sentenció él.
- Te amo – resignó ella y luego se besaron.

... es, a veces, saber retirarse a tiempo.

domingo, agosto 31, 2008

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que no está prohibido amar.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuánto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras es abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el porqué de los niños tiene un porqué.
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad.
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Que para que nos den también hay que saber como pedir.
Que saber pedir no es regalarse.
Que para que nos quieran debemos demostrar que somos.
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que cuándo no hay placer en las cosas no se está viviendo.
Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos, levantamos muros.
Que quién siembra muros, no recoge nada.
Que sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

Mario Benedetti

sábado, agosto 02, 2008

El Campeón


Aclaración: A diferencia de los textos aquí expuestos, no pretendo que éste complazca o deleite al lector. Simplemente quiero y tengo la necesidad de expresar lo que siento por Celestino Francisco Corinaldesi, mi abuelo.
Espero me disculpen.


-------------------------------------------------------------------------
Celestino Francisco Corinaldesi. Todos lo conocían como El Petiso o como yo lo llamaba… el Campeón. Debo confesar que en mis 26 años de vida, mi abuelo es el primer familiar cercano que se me va. Es una sensación rara. El pensar que no lo voy a tener más físicamente me cuesta entenderlo. Lo extraño mucho.
Para quienes no lo conocen él fue carpintero, pintor, taxista, jardinero, marido, padre y abuelo. Atleta en su juventud, jugador de bochas en su vejez. Quien estuvo 5 minutos con él en alguna charla, sabe de todas sus proezas de jóven o sus juegos de campeonato de bochas en Plaza Matheu.

Cada acción que evoco de su persona trae consigo generosidad y desinterés. Una imagen paternal impecable que tuve la privilegio de disfrutar y una mano gastronómica envidiable. Siempre esperándome con el almuerzo y ese pedazo de queso duro después del colegio, las “vueltas manzana” con la bicicleta hasta Arana. Estoy seguro, aunque muchos dicen que es un cuento que me hizo, de que ahora soy alto por todas las veces que me insistía que me cuelgue de un caño que el mismo había puesto, 5 minutos todos los días para dejar de ser petiso. Las espadas de madera, las luchas libres sobre la lona del patio, las risas que me causaban sus gases a la mañana antes de ir al colegio. Cómo me reía! Y esas orejas que nunca supe como las movía solo para hacerme reír.
Tripero de nacimiento, puteaba todos los domingos sentado sobre el borde de su cama a una radio portátil que relataba a su club Gimnasia y Esgrima La Plata.
El viejo salió en el diario El Día de La Plata y hasta en la tele. Si, el viejo para coronar su carrera artística (si alguna vez la tuvo) salió en el programa de Alessandra la sexóloga por Cosmopolitan TV, en un especial de abuelos y nietos que tuve la suerte de compartir con él.

Se nos fue un día cualquiera. De esos que no se esperan o uno no se imagina. Al funeral fueron muchas personas. Amigos y familiares que hace mucho no veía. Pero durante todo el velorio sentí que faltaba algo. Me fui vacío. Solo estaban las indudables lágrimas de la gente que lo amaba y la admiración de los más jóvenes.
Sin embargo y luego de una breve plegaria de un cura allí presente, el lugar si inundó de un silencio como yo nunca lo había sentido antes. Solo veía a mi abuela sola junto al féretro. Dude en ir a abrazarla, acercarme a ella, darle un abrazo, no se. Sentí tal vez que eran sus últimos segundos cerca de él y preferí quedarme donde estaba. Y ahí apareció la acción que definitivamente faltaba para despedirlo: el aplauso. Agradezco a mi vieja enormemente que lo haya hecho, sin dudas era eso lo que faltaba. El aplauso de agradecimiento, de reconocimiento, de retribución, de gratitud… pero sobre todo de un “gracias”. Esas gracias que lo perpetúan enérgico sobre su devaluada bicicleta yendo a jugar a las bochas o haciendo el asado o ñoquis del domingo. Esas gracias por esa dedicación a sus hijas, yernos y nietos que lo hicieron único para nosotros y un ejemplo para todos aquellos que lo admiraban. El aplauso era lo que simbólicamente se merecía después de 88 años de una vida muy difícil pero sin dudas vividamente plena, que muchos quisieran llegar a tener.
Al Campeón, es así como yo lo llamaba en referencia a que era el único en la familia en ganar trofeos, vivió una vida digna y como todo campeón, dejo recuerdos imborrables y una gran admiración para todos los que disfrutamos de él y con él.

Para él mis gracias eternas.
Te extraño Mucho

Matías.

martes, junio 10, 2008

El Hombre de los Consejos

Cuentan de un hombre ermitaño que habitaba en U-Tsang, provincia al suroeste del Tibet, tierra asiática de grandes misterios y creencias budistas, a quien todos acudían para entregarse a sus lecciones y consejos. Iban todos aquellos que perdían el rumbo de sus vidas, dudaban de tomar decisiones difíciles o simplemente para sentirse más seguros de sí mismos. Todos lo llamaban, el Hombre de los Consejos.
Un día se le acerca una niña y le dice:
- Hombre de los Consejos, tengo miedo. Hay un monstruo en mi placard que no me deja dormir.
- Hay muy pocos monstruos que garanticen los miedos que les tenemos. Cuando te encuentres paralizada del miedo, respira hondo y cuenta hasta 5. No volverás a sentir miedo jamás!
Un jueves se le aproxima un jóven y le dice:
- Hombre de los Consejos, debo reconquistar a una joven, pero temo que me diga que no.
- Conquistar sin riesgo, es triunfar sin gloria.

Un atardecer se le presenta un viejo y le dice:
- Hombre de los consejos, sé que soy viejo y se me avecina la muerte, ¿debo temerle?
- No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.
El Hombre de los Consejos seguía instruyendo a la quimérica ciudad de U-Tsang, salpicando a todos de su sabiduría, sapiencia e inteligencia.
Sin embargo, un día martes ve a Amy Chan aproximarse, mujer de la cual se había enamorado perdidamente el Hombre de los Consejos en su adolescencia.
- Hola! – dijo ella
- (respiró hondo) 5, 4, 3… Demonios! – dijo él.

“A veces en el amor, no hay consejos que valgan la pena oír.”

lunes, junio 09, 2008

Mi boca y la mía

“Mi boca es mía” me dijiste siendo dos extraños.
Mi boca quedó sin palabras y sin arrepentirme de ser un tirano te robé un beso. Tu boca no renegó de tal gesto y ahora fuiste tú la que te quedaste sin palabras. A veces el silencio puede ser generoso, tanto que mi boca se aprovechó de la tuya y no se necesitaron más palabras, ni arrepentimiento ni tiranías.
Mi boca se enamoró de tu boca y la tuya, de la mía.
Nunca me atrajeron tus ojos, ni tus hombros, ni tus manos. Nunca me cautivaron tus orejas, ni tus pies, ni tus pecas. A mi boca solo le interesaba tu boca y la tuya, la mia. Nada más.
“Mi boca es tu boca, para siempre” le susurraste a mi boca y te tomé la palabra.
Sin embargo, no recuerdo cómo ni porqué te fuiste de este mundo, egoísta como tu decisión de quitarte la vida. Me dejaste sin tus ojos, sin tus hombros y sin tus manos. Ya no puedo acariciar tus orejas, ni tocar tus pies ni contar tus pecas.
Ahora solo tengo para seguir manteniendo tu estela viva cerca de mi almohada, el roce húmedo y absoluto de mi boca... y la mía.

domingo, mayo 04, 2008

Excepción a la regla

Eres la excepción a la regla. Por lo menos a la mía. Tu pelo, tus ojos, tus brazos. Eres eso que no esperaba en el andén de ningún tren, ni arriba de ningún 108. Eres la recensión a todas mis quimeras, sin idolatrar en vano ese globo rojo que se eleva cada vez más. Eres eso que no suponía ni aguardaba. Eres la excepción a todo lo que conozco, alejando fantasmas de polleras monótonas y besos que nunca son droga. Eres la que nunca podría imaginar abrazar tanto, sobre sábanas impermeables, indivisibles a las rosas y jazmines. Malditos sean los despertadores que rompen nuestros sueños y nos dividen sin nuestro consentimiento.
Tienes palabras de sobra, sin dudas ni silencio que incomoden. Somos mitades que ahora sí encajan, que sí claman extrañarse, sin pensar tanto ni enroscarse sin que valga la pena.
Y termino esta inútil confidencia sin querer pretender demasiado, más que codiciar tu atención, ya que el resto lo tengo pensado: Jugar a ir de la mano, caminar sin soltarnos y ver hasta donde llegamos…

viernes, mayo 02, 2008

Equilibrios

Dos personas se cruzan de frente a paso acelerado por un pasillo y…

- Hola! Cómo estas?
- Bien, vos?
- Bien. Mal. Duermo poco. Duermo mucho. Trabajo de día. Trabajo de noche. A veces estoy hecho un toro. Otras veces un trapo. De buen humor. Enroscado. Feliz. Enojado. A veces me enamoro y a veces no. Estoy Gordo y otras veces flaco. Me veo lindo. Me veo feo. A veces me siento suficiente, otras necesito un abrazo. El otro día lloré, pero más reí al día siguiente. Estoy sin un mango, pero cobro mañana. A veces me siento fuerte, otras veces me duele el corazón. Ayer me sentí exitoso, hoy me siento disperso. Creo poder para esta semana tocar el cielo con las manos, si es que me saco hoy el desánimo de encima. En fin... buscando el equilibrio.
- Eh… ok. Suerte! – y acelera su paso casi a ritmo de trote.
- Si… y a veces siento que no me escuchan.

martes, marzo 25, 2008

Cuentos de Diván (4º entrega)

Humberto*: - Devuélvame la plata!
Psicoanalista: - Perdón?
H: - Usted no es quién para decirme que es lo que tengo que hacer…
P: - Mi trabajo no es decirte qué hacer Humberto, sino mostrarte lo que vos mismo pensas y que no querés asumir.
H: - Pero si le estoy diciendo que la amo!
P: - También me dijiste que ella no te ama
H: - Eso es imposible. Ella solo está confundida. Me tengo que esforzar más
P: - No te parece que hiciste demasiado? Un bote que se impulsa con un remo solo da vueltas…
H: - No ve! Ahí está otra vez! Eso no es decirme lo que tengo que hacer acaso?
P: - Yo soy tu psicólogo Humberto, no el de ella. Defiendo tus intereses y tu bienestar. Solo abro las puertas que tenes cerradas para que veas todo mas claro.
H: - Devuélvame la plata!
P: - Ok. Entonces vos devolveme el tiempo que acabo de perder con vos.
H: - Eso es absurdo. Es imposible.
P: - Imposible como asumir que ella no te ama?
H: - …
P: - Tome el dinero Humberto. Pero no puedo seguir atendiendo a un hombre que no puede asumir como tal que ha sido dejado por una mujer. No es la muerte. Tampoco es la vida. Buenas Tardes.

* A las dos semanas Humberto (soltero) volvió a tomar sus sesiones, pero esta vez por su disconformismo laboral.

lunes, febrero 18, 2008

Ser lo que deba ser


Dedicarte un sueño me resultó extraño ojeando sin querer mi pasado de incorregible. Y antes de abrir los ojos, desperté entendiendo que me gustabas de verdad.
Que rápido se pasan las sonrisas que después de tanto remar, los brazos van cediendo y las caricias son menos que tus palabras y tus razones. Tal vez te pareció mas fácil mostrar la piel que evidenciar lo que estas sintiendo; virtud negligente y ruidosa que sacude y encierra ilusiones de sirena que no podía dejar de admirar.
Adivinarte siempre fue adivinanza y mis preguntas tus rompecabezas. A fracasar voy tan destinado como dispuesto. Pero no es de hecho el triunfo lo que busco, ni siquiera una derrota heroica o casi digna. Mis anhelos siempre fueron otros más sencillos: sentir tu respiración y cuidarte en un abrazo.
Mis palabras siempre recordarán tu sonrisa, mis besos tu espalda, y mis manos una canción que acaba de terminar.
Dios sabe que hubiera querido cerrar los ojos antes de ver los tuyos en bancarrota, pero es la naturaleza misma que dice que los amores no se hacen, no se fuerzan, no se convencen, no se retienen, ni dudan… los amores son y nada más.

jueves, enero 24, 2008

jueves, enero 03, 2008

Resistir


No me preguntes porqué. No me preguntes cómo. Solo se que no me olvidé.
Yo no estuve esa noche, pero si hubiéramos estado?


Poder jugar en otro juego es lo que imagino. Donde la gente de mierda este muerta y los buenos, vivos”


No me lastimes más Cromagñon de recuerdos que marchitan razones injustas por un par de dólares de más. Qué precio debe tener la vida para aquellos que no tienen la suerte de escuchar su ultimo rock and roll. Cables sobre mi cabeza, arrojan el veredicto de una noche de negligencia, precipitando las sombras de las zapatillas que ya no disfrutan dueño, las mismas que fueron testigos de la causa y consecuencia de un país bananero, imperfecto, reyes del chorizo, la coca, la coima y el vino.


“Que no se quede mi pueblo dormido, que ya no me engañen más ni jueguen conmigo”


No hay islas, ni juicios políticos que traten de impedir que mi cabeza deje de lado la ingratitud de unos pocos y las lagrimas de unos cuantos.
Y hubo una Flor radiante, que por estas épocas me pasa a visitar, para cantarme un rock and roll con una risa contagiosa. No quiero ser hipócrita del recuerdo. No participo de marchas, ni de banderas, de homenajes, ni de rezos. Pero nadie me quita la imagen de aquella Flor yendo hacia un cielo callejero, contiguo a un centenar de oquedades esperando su turno en un último saludo.
Yo no estuve esa noche y si lees esto tal vez vos tampoco. Me importa poco que te guste, ni que sirva para algo.
Yo no estuve esa noche, pero si hubiéramos estado?


“El éxito será eterno, será eterna la Flor, el ser humano y la verdad”